La situación va para largo. La expresión es del doctor Francisco Javier Neira Pampín, refiriéndose al incierto futuro de la pandemia, en una entrevista a este periódico, de Arsenio Coto, para hablar de su cuarta novela; enunciado que es compartido por la gran mayoría de la población, la que asume la gravedad del momento. Como lo es lo que añade el urólogo lucense cuando se refiere a que no existe conciencia de que tenemos que protegernos y proteger a los demás, que es sin duda donde radica la gravedad del desapego por parte de quienes se desentienden con despreciativa temeridad de la evidencia. No es que interfieran la intermitente irresponsabilidad del Gobierno, cuya gestión fue y es un desastre, sustentada en razones partidistas, pero nada se podrá hacer en tanto queden ciudadanos repateando las precauciones establecidas para que los contagios no se disparen, al pisotear los derechos de los demás, en un desafío y un insulto a los profesionales sanitarios que se juegan la vida en defensa de la salud de la población. Irresponsabilidad en la que hay que incluir a los negacionistas, a los movimientos antimascarillas, anticonfinamientos o a los científicos (sí, científicos) que optan por la inmunidad de rebaño, para que se infecte toda la población. De locos.
