Opinión

Extemporáneo

AUNQUE sea por (inapropiado) imperativo legal, el pretendido cierre del párking Ánxel Fole (370 plazas), el que ofrece, con el del Seminario, una mayor funcionalidad entre los abiertos, no deja de ser una providencia impopular y de incapacidad del Concello, firmada por el teniente de alcalde nacionalista que desde la oposición calificaba la clausura de despropósito, agravada por la dejadez y desidia municipal al no ejecutarse, como estaba previsto, la necesaria redistribución de plazas en los inservibles aparcamientos públicos (Santo Domingo, Constitución y Praza Ferrol), plegándose a intereses del concesionario, y no recuperar el sistema Ora, como reclama la ciudadanía. Desde su construcción, en 1998, el Ánxel Fole, con una licencia inicial del Concello, anulada por normas urbanísticas posteriores, y el velado consentimiento de la Xunta, a través de Patrimonio, tras las excavaciones arqueológicas, fue un sí pero no que permitió su funcionamiento durante veinte años. Por eso es extemporáneo que se insista de nuevo en cerrarlo. Además de no aportar ninguna alternativa para paliar el déficit de aparcamientos, el gobierno municipal evidencia su falta de voluntad para resolver el problema. Todo lo contrario. Como si no fuese un servicio primordial.

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