Opinión

Deshonesto descaro

INVOCAR la libertad de expresión para justificar la contratación de un cantante que fue condenado por enaltecer el terrorismo, como número importante de las fiestas del San Froilán, es, entre otras cosas, un deshonesta procacidad. Glorificar a asesinos está reñido con la libertad, y es meterse innecesariamente en un charco que solo alimenta la discordia y el cabreo. La libertad de expresión en un Estado de derecho es otra cosa, y mucho más cuando hay dinero público por medio. Sirve, eso sí, para evidenciar que el Concello de Lugo está gobernado por dos facciones paralelas, donde cada cual anda por su lado. El BNG manda en lo suyo (¿o en todo?) y el PSOE se arrodilla, agacha la oreja y se desentiende de todo lo que haga, como en este caso. Es muy grave que la alcaldesa lo diga sin sonrojarse, se quede tan tranquila y no asuma ninguna responsabilidad, lo cual quiere decir que en las decisiones de los nacionalistas nunca hará valer su autoridad, la que le corresponde por el cargo que ocupa y por el que cobra, mucho además. Para lo único en lo que no hubo disensiones fue el acuerdo de dedicación plena de los dos bandos y atornillarse sueldos que para la mayoría de los ciudadanos erosionan el pudor.

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