Opinión

Déjense de gaitas

RENUNCIAR AL estacionamiento regulado de vehículos, como resuelve el Concello, no parece buena idea; más bien, otra ocurrencia sin madurar, toda vez que el impedimento para dar con un hueco en el que dejar el coche en Lugo, desde la supresión del sistema Ora (hace ya cinco años), es una tediosa e innecesaria aventura, pocas veces con final feliz. Parece lógico que se descarte el cobro del servicio, pero eso no impide su control, marcando los tiempos de estancia, con la oportuna sanción a quienes no respeten la norma. Así funcionaba la primitiva zona azul, y era eficaz para los fines perseguidos. Querer resolverlo menguando la afluencia de coches, y exigir a los conductores que dejen sus vehículos en casa, moviéndose en bicicleta o en el tan deficiente bus urbano, es situarse fuera de la realidad, desde un planteamiento infantiloide. La ingenuidad, revestida de inexperiencia, es mal procedimiento para hacer frente a un problema tan intrincado. Casi todos los que utilizan a diario el vehículo lo hacen por necesidades de trabajo o de gestión y no van a suplirlo por una carretilla; además pagan religiosamente sus impuestos y nadie puede obligarles a que prescindan de lo que es su instrumento o medio de desplazamiento. Déjense de gaitas y arréglenlo, con los pies en el suelo.

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