Opinión

Burocracia

La burocracia, con sus vicios y sus virtudes, si es que alguna probidad tiene, sigue siendo la principal rémora de la funcionalidad del país, y por mucho que se hable de simplificarla, manda la prevalencia desproporcionada del aparato administrativo en el conjunto de la vida pública. El testimonio en este periódico de Lucía, la joven de Piornedo, en Os Ancares, relatando el calvario que sobrelleva desde hace dos años para restaurar y abrir un bar en la palloza familiar, es la mejor prueba de ello. Mil gestiones en mil sitios diferentes, que en la mayoría de los casos se porfían entre sí, parece que con el único objetivo de entorpecer y zancadillear, supone un quebranto que no todos los que se mueven con ansia emprendedora aguantan. Hastiados, optan por tirar la toalla y se van con la decepción a otra parte. Afecta a todos los sectores empresariales y de negocio, pero con mayor incidencia en el medio rural, que es lo que la faltaba al ruralismo para el puntillazo definitivo. Oiga, una cosa es que se cumplan los preceptos urbanístico/ ambientales, y otra retorcer el procedimiento hasta hacerlo inviable. Por cierto, ¿qué fue de la ventanilla única, tan cacareada? Debió volatilizarse en una infusión de agua de borrajas.

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