Opinión

Apaga y... paga

Toquemos madera, para que no se queme. Por el momento, los incendios forestales no nos importunaron como suelen, y salvo el que acaba de castigar a O Courel, predomina la calma. Pero el verano no hace más que arrancar y lo más probable es que no nos libremos de la lacra estival. Nunca nos fijamos tanto en los procedimientos de extinción, que también, como en las causas que los originan, desde negligencias sospechosas, casualidades que no lo son o incontinencias de perturbados, sin que se sepa muy bien por qué lo hacen. Lo malo es que casi siempre llevan las de ganar, al ser difícil probar la autoría, a no ser que se les pille con la mecha en ristre. Por eso la mayoría de los acusados se van de rositas y otros, con condenas insustanciales que ni siquiera invitan a la disuasión. Pero si de la cárcel suelen eximirse, o su paso es fugaz, lo que les preocupa son las cargas económicas. Por ello parece acertada la voluntad de la Xunta: a partir de 2022, los pirómanos, acreditada su autoría, pagarán, a mayores, la extinción del fuego, en vez de trasladar los gastos a la ciudadanía. No es insustancial: apagar el de O Courel costó, por ejemplo, 570.000 euros. Se lo pensarán.
 

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