Opinión

El problema de siempre

HACE unos días leí un reportaje en el que varias profesionales hablaban de la conciliación. Curiosamente, todas apuntaban a que no habría una conciliación efectiva hasta que la sociedad no entendiera que esto es cosa de hombres y mujeres a partes iguales. Una de ellas aseguraba estar cansada de que en todas las entrevistas le preguntaran por cómo conciliaba su vida profesional con tener hijos. Algo que a un hombre nunca le preguntarían. Y curiosamente, todas las entrevistadas eran mujeres. Será que los hombres no tienen ese problema, porque ellos no tienen que elegir entre familia o trabajo. Eso nos lo dejan a nosotras. La conciliación está muy lejos. Para qué engañarnos. Y en esto la sociedad tiene mucha culpa. Empezando por los horarios irracionales que persisten y que parece imposible cambiar. Y siguiendo por los roles de mujeres y hombres que siguen siendo los mismos que en el siglo pasado. La conciliación es cosa de todos y si una parte de ese todo no se involucra, no funciona. Y mientras la mujer tenga que seguir eligiendo entre su familia o su trabajo, la economía continuará perdiendo un 50% de su parte productiva.

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