Opinión

¿Demasiadas cesáreas?

Tino Grandío. La Cesárea. 1973
photo_camera Tino Grandío. La Cesárea. 1973

Se practican demasiadas cesáreas? Datos recientes nos indican que la tasa de nacimientos por cesárea en España supera el 26%, es decir, uno de cada cuatro partos acaba en cesárea. La Organización Mundial de la Salud nos dice que lo ideal sería situar esa tasa entre un 10 y un 15%, no olvidemos que es una intervención quirúrgica, aunque cada vez sea más segura.  La OMS reconoce su necesidad cuando el parto vaginal puede suponer un riesgo para la madre o el bebé, pero incide en respetar el proceso fisiológico del parto.

Las cifras nos muestran que la cesárea es actualmente una de las cirugías más practicadas en el mundo. Entre las razones de ese ascenso, los expertos consideran la confluencia de factores médicos y sociológicos: la media de edad de las madres primerizas, que ahora es de 31 años, o que muchas de ellas superan los 40; también el significativo aumento de los partos múltiples, muy frecuentes  en embarazos conseguidos con técnicas de reproducción asistida, o razones económicas que explican que, en algunos casos, se produzcan más cesáreas en la sanidad privada que en la pública.

En 1973 Tino Grandío dio protagonismo a un tema inusual en arte y pintó el cuadro ‘La cesárea’

En 1973 apenas se practicaban cesáreas en España y muy poco en el resto del mundo, tasas de un 5% en EE.UU o un 4% en Reino Unido, por ejemplo. En ese mismo año en Galicia se registraron 42.810 nacimientos, pero ya había comenzado el brutal e imparable descenso de la natalidad. Pronto conoceremos los datos definitivos del 2019, pero los 7.695 nacimientos del primer trimestre del pasado año en nuestra comunidad nos confirman que la cifra continúa bajando. 

Diosa azteca Tlazoteotí. MomaLa cesárea es un tema artístico insólito. No lo es el embarazo ni el parto. La plástica de las culturas primitivas se ocupó de ambos, la imagen de la Virgen embarazada se transmitió en abundancia hasta el concilio de Trento (s.XVI) y tenemos una significativa iconografía medieval de embarazadas y parturientas interpretada en miniaturas y esculturas. Pero embarazo y parto están poco presentes en la historia del arte, que durante siglos los ha ignorado o censurado. El arte sin embargo ha dedicado mucho espacio al asunto amable de la maternidad. Lo ha hecho  el arte religioso, con la imagen de la Virgen y el niño, y artistas de todas las épocas, de modo más o menos ocasional, han trabajado el tema maternal.

Si en el siglo XX la extraordinaria Frida Kahlo nos impactó con obras como ‘El aborto’ o ‘Mi nacimiento’, que expresaban con crudeza su propia realidad, el arte del siglo XXI busca mostrar y normalizar las imágenes relacionadas con el embarazo y el parto. Sirvan de ejemplo propuestas controvertidas como las esculturas de fetos gigantes de Damien Hirst en Qatar, excesivas, diría yo, o iniciativas como el prestigioso certamen de fotografías artísticas de partos que convoca la International Association of Professional Birth Photographers de California, para fotógrafos especializados en captar esas instantáneas.

Tino Grandío pintó un cuadro de gran formato, 141 x 223 cm, para escenificar el momento final de una intervención de cesárea. Acaban de extraer al bebé del vientre de la madre, que permanece dormida postrada en la camilla. El pintor la colorea con un tono rojizo, un óxido, más intenso en la zona del cabello. Tal vez quiso representar a una mujer pelirroja. En todo caso aplicó un tono cálido que se asocia con la vida. Tino, probablemente, optó por no pintar la figura de la madre en gris, como al resto de los personajes, para evitar en quien contemplase el cuadro una interpretación trágica del desenlace de la cirugía.

Frida Kahlo. El aborto. 1932A Grandío no le preocupa el dibujo, ni definir rasgos, solo le preocupan las presencias. Las figuras están resueltas con manchas de color, son casi sombras más o menos desvaídas y con perfiles poco precisos. El pintor juega con la  intensidad y la riqueza de matices de los grises para determinar cómo incide la luz en los personajes, los que reciben luz y los que están a contraluz.

Un hombre, seguramente el cirujano, sostiene a la criatura y parece ofrecérsela a una de las enfermeras para que se ocupe de seguir los protocolos con el recién nacido. El bebé está en el centro del cuadro. A partir de esa pequeña silueta, que recuerda a un muñeco recortable, se organiza y estructura la composición de la obra.

El artista elabora una escena relajada, no hay tensión en las figuras, cada una ocupa su lugar y parece que la acción se desarrolla con lentitud, con tranquilidad, por fortuna con todo controlado. Pero la escena es algo inquietante. Demasiada tranquilidad, demasiado contraste lumínico, evidente ausencia de rostros, un individuo singular que sujeta al bebé por los pies… 

Klimt. Esperanza I. 1903La cesárea de Tino Grandío es, como poco, sorprendente. El pintor eligió un tema original y difícil de tratar, creo yo. Incluso diría que poco atractivo. Lo llevó a su terreno, a su sensibilidad. Esquematizó, simplificó y se quedó con lo esencial eliminando detalles. Una vez más, consiguió una obra intensa con apariencia sencilla. Desconocemos en qué circunstancias fue pintada y los motivos del artista para elegir ese tema, aunque sí sabemos que él no tuvo hijos. En su día Grandío enmarcó ‘La cesárea’ con un gran marco de madera tallada y policromada. De alguna manera quiso potenciar la obra y que el trabajo artesanal del marco contrastase con la aparente sencillez de la pintura.

El Museo Provincial conserva una apreciable colección de cuadros de Tino Grandío gracias a las donaciones de D. José Fernández López, importante benefactor del museo, y los depósitos efectuados por familiares del artista. La cesárea forma parte del efectuado en marzo del año 2013 por Blanca Grandío y Ana María Codesal, sobrinas del pintor.

¿Demasiadas cesáreas? En el arte, desde luego, no. 

Las obras que aparecen en este artículo son, de arriba abajo:
Tino Grandío. La Cesárea.1973
Diosa azteca Tlazoteotí. Moma
Frida Kahlo. El aborto. 1932
Klimt. Esperanza I. 1903
 

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