Opinión

Sosiego

Tiempo tendrán para ejercer la oposición con firmeza y dedicación, práctica que poca o ninguna relación guarda con ver quién hace más ruido con el bombo

VAN A continuación unas muestras o indicadores de un termómetro sobre la investidura de Pedro Sánchez. Pudieran rebajar la temperatura subida que crearon en el Congreso de los Diputados los líderes políticos y en la calle algunos medios de comunicación. Contrastan estas muestras con la vanagloria de unos y con los anuncios apocalípticos de los otros. Un único comensal en un abarrotado restaurante de carretera —menú completo por diez euros— se interesó por saber "cuál ganó" (sic), cuando en las pantalla de los televisores del local aparecía la votación de la investidura. No obtuvo respuesta alguna de los presentes. Nadie prestaba atención a la información que llegaba del Congreso. Ante la ausencia de contestación, concluyó: "Es igual. El agua seguirá por donde iba". Es deseable que no haya desbordamientos aunque se registren desvíos.

Cuando en otro momento el informativo televisivo mostró las imágenes y el sonido de los vivas al Rey que lanzaron algunos asistentes al pleno —no le hicieron ningún favor a la monarquía— alguien preguntó desde una mesa en la que se jugaba una partida "quién entró ahí". Ese ahí se refería al Congreso de los Diputados. Interrogante lógico. Nada bueno augura que la política se haga con proclamas así, diga lo que diga la portavoz de Bildu y guarde los silencios que le interese el señor presidente del Gobierno, entonces candidato. No es ese el servicio a la corona aunque unos falten al respeto y otros no ocupen su lugar.

No nos pondremos de acuerdo, ya lo sabemos, sobre cuál es la España real. Esta que convoca el menú de obrero la veo tan válida como otras. A última hora de la tarde de ese mismo día los parroquianos de un bar en las inmediaciones de una gran urbe discutían sobre fútbol. Tuvieron la deferencia hacia este gallego intruso de dedicar unos minutos a la situación del Deportivo y preguntarme sobre la misma. Este intruso aprovechó la oportunidad para traer la investidura a la charla. "Aquí la política no le interesa a nadie", fue la sorprendente respuesta. Muy cortésmente pidieron perdón por no atender la demanda. "Es bueno o es malo este desinterés" Sospecho que dada la tensión que exhiben y proyectan los líderes políticos, es una buena señal para la tranquilidad ciudadana. ¿Qué podríamos esperar si el tono algo más que bronco y descalificador que mostró el debate estuviese en las tabernas y los restaurantes de carretera con la política como tema?

No paró la circulación en las carreteras ni en las ciudades para asistir a los debates o para seguir la votación. El país continuó su marcha normal. Ni los logros históricos de unos ni las trompetas del apocalipsis de los otros lograron paralizar el acontecer cotidiano. No se hizo el silencio para atender a la votación de la investidura de Pedro Sánchez. Relájense quienes se ven haciendo historia y quienes se ben salvando la patria. Tiempo tendrán para ejercer la oposición con firmeza y dedicación, práctica que poca o ninguna relación guarda con ver quién hace más ruido con el bombo. Deberían decírselo a Casado.

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