Opinión

El Gran Derby

Las elecciones gallegas del próximo 5 de abril van a ser un auténtico derby, que en política podrían equivaler a lo que es Epsom en hípica. Alberto Núñez Feijóo, más que el PP, puede ganar y lograr el récord de una cuarta mayoría absoluta y la oposición se ve con posibilidades de desplazar al líder de los populares gallegos del poder en la Xunta. Los 54 días que quedan por delante van a representar una de las mayores competiciones electorales en la historia de la autonomía o, directamente, La contienda electoral, como Epsom es The Derby. Los candidatos van a sudar y habrá animación extra para caldear el ambiente. La manifestación del pasado domingo, con la sanidad como llamada para derribar del poder a Feijóo, es un ejemplo, en una línea de continuidad opositora con el foco puesto en la pública. El PP no supo romper ese frente estratégico opositor con la sanidad.

¿Qué hay de extraordinario en estas elecciones gallegas? Hay, al menos, dos focos de atención para la política española. Uno es en clave derechas- izquierdas, el gran pulso entre los dos bloques al que ha conducido la política española. Otro foco importante presenta clave interna de derecha por las consecuencias que los resultados populares en Galicia tengan sobre la deriva que tome el PP de Casado y el mapa de las derechas españolas.

La coalición gobernante en España, particularmente el PSOE , quiere y necesita como trofeo retirar del muestrario político y opositor el tradicional feudo gallego del PP. Es una conquista simbólica, o algo más, para Pedro Sánchez y su coalición: el castillo de la derecha cede ante el avance de las izquierdas. Y en la estrategia de acentuación de extremos, de bloques separados que marca la política española, la Galicia de Feijóo no sirve a ese objetivo. El PP gallego de Feijóo es un rostro de derecha moderada, que ocupa un espacio amplio del centro a la derecha, claramente diferenciada de la que representa Casado, su portavoz en el Congreso o el alcalde de Madrid o la presidenta de aquella comunidad. En la realidad polarizada, que acentúa al máximo extremos y bloques en la política española, Galicia ofrece hasta ahora un rostro diferente.

En clave de las derechas, una nueva victoria por mayoría absoluta de los populares en Galicia y la continuidad de Feijóo al frente de la Xunta supondría un reforzamiento de la línea que dentro del PP nacional pide giro real hacia la moderación y el autonomismo. Por el contrario, la pérdida de la plaza gallega por los populares reforzaría la opción aznarista de Casado. Nada que ver, sino todo lo contrario, las querencias de Casado y los suyos con las de Angela Merkel y la CDU alemana.

Son preferibles 54 días de campaña a seis o siete meses. Hasta ahí acierta Feijóo. Si acertó o no con el adelanto en el objetivo de una nueva mayoría absoluta, que reafirme esa estabilidad política que exhibe como logro, exige observar la campaña y esperar a la noche del 5 de abril.

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