Opinión

El poder y la sanidad

Nuevo desencuentro entre la Administración sanitaria estatal y las de las Comunidades autónomas, singularmente la gallega, ahora a cuenta de los certificados sanitarios. La pizpireta ministra de Sanidad Carolina Darías preguntada sobre la cuestión ha dicho que solo debe haber un certificado digital covid para facilitar la movilidad, pues tiene que ser "uno a nivel nacional, en el ámbito también de la Unión Europea", y en ningún caso, puede haber un "cúmulo de certificados autonómicos". Cuando se lee esto se pregunta uno ¿cómo es eso de la cogobernanza de la que hablan unos y otros? La respuesta es sencilla, entre los mandatarios españoles es un argumento de conveniencia, es mera retórica, porque a la postre todos quieren retener las potestades que creen tener, que no son todas y también que les sean atribuidas la que entienden que les corresponde, que en consecuencia no son cuantas puedan considerarse, con lo cual el desacuerdo está servido sin remedio.

A los pacientes del sistema sanitario público y aquí escribo en primera persona porque me concierne, lo único que nos importa es que se no preste la mejor atención, que se nos atienda cuanto antes y que se ponga remedio a nuestras dolencias, y lo que menos nos interesa en quien manda en el servicio al que acudimos.

Es más, por lo que sé, las bases de datos de la sanidad pública, la información de los pacientes, está compartimentada. Si el enfermo ha sido atendido en centros de comunidades distintas a lo largo del tiempo, el médico solo podrá consultar, en principio, la parte del historial que corresponda a la atención dispensada en centros de la entidad pública territorial de la Administración sanitaria a la que pertenezca. Generalmente, en Galicia no aparece nada relativo a atención recibida por un paciente en hospitales de la sanidad pública madrileña o catalana, y a la inversa, y no hay medio informático para remediarlo.

Como hemos empezado con una referencia a la vacunación valga el ejemplo de un paciente cuyo historial esté en el Sergas, que deba ser atendido en Sevilla o en Palma de Mallorca y se precise conocer que vacuna se le ha administrado. Esos datos solo están en la base de datos del Sergas, el sistema de salud español carece de una ficha de sus pacientes, que lo son.

¿Es esto bueno? ¿Conviene a la sanidad pública de un país, que no es una entelequia, que es una realidad, que suceda lo antes referido? ¿Los centros de referencia tienen acceso a los datos de los centros sanitarios públicos de las Administraciones sanitarias autonómicas?

Hemos llegado a que parezca que la enfermedad es autonómica, y el cuidado también. Que nos importa a los pacientes toda esta monserga. Claro que el certificado de vacunación del covid debe ser único, en realidad europeo, pues ha sido la Unión Europea la que ha asumido la gestión de compra de las vacunas, y claro que debemos aspirar a que pronto exista un verdadero espacio europeo de sanidad.

La conclusión es clara. Que la cogobernanza no debe ser solo palabrería. Y que nos deben expedir a todos un certificado de vacunación normalizado. Es algo tan claro, que alarma que quienes dirigen la sanidad tengan dudas al respecto. En otro caso lo que se constata es un grave defecto de la estructura autonómica del Estado.

Comentarios