Opinión

Nosotras, en huelga

CELEBRAR EL Día de la Mujer con una huelga de mujeres es la mejor manera de evidenciar algo que todos saben pero muchos prefieren ignorar y es que sin nosotras la sociedad no funciona. Lisa y llanamente no puede funcionar. Y no me refiero solo a hacer huelga en el ámbito laboral sino también en el familiar.

Durante siglos el trabajo que las mujeres han realizado en sus casas no ha sido considerado trabajo. Limpiar, cocinar, cuidar de los hijos, ha sido un trabajo gratis total. De manera que si este 8 de marzo las mujeres hacemos huelga no solo fuera de casa, en nuestros trabajos, sino también en casa imagínense lo que puede suceder.

La convocatoria de esta huelga es mundial. No sé cual será el resultado, pero el solo convocarla supone ya una llamada de atención sobre la necesidad de seguir cambiando muchos de los paradigmas sobre los que se asienta nuestra sociedad.

Una de las reivindicaciones más evidentes es la que se refiere a la igualdad salarial.
Pero no solo se trata de igualdad de salarios sino de igualdad en todos los ordenes sociales. Una cosa son las leyes, que afortunadamente consagran la igualdad, al menos en Occidente, y otra es la realidad social.

Así que bienvenida sea esta huelga de mujeres, como bienvenido es el movimiento del "Me Too" que ha servido para evidenciar lo que todo el mundo sabía: que muchos hombres se han aprovechado de su posición para abusar de las mujeres. Y bienvenidas sean todas las iniciativas que lleven a hacer una reflexión sobre como cambiar alguno de los paradigmas que venían consagrando el patriarcado como eje de nuestra sociedad.

Luchar por la igualdad no significa nada más que eso: que las mujeres estemos en pie de igualdad con la otra mitad del genero humano, ellos. No queremos más pero estamos hartas de tener menos.
Y quienes daban el feminismo por algo del pasado ya pueden revisar sus opiniones, porque una vez más es el movimiento feminista el que está sacudiendo los cimientos de la sociedad logrando que entren en la agenda política sus reivindicaciones.

Lo he escrito en otras ocasiones: soy feminista y lo seré mientras haya una sola mujer en el mundo que no esté en pie de igualdad con los hombres, mientras haya mujeres que son mutiladas en nombre de costumbres ancestrales, mientras haya niñas que no pueden acceder a la educación por eso, porque son niñas, mientras haya mujeres confinadas entre metros de tela, ocultándoles el cuerpo y el rostro en nombre de creencias que consideran el cuerpo de la mujer pecado mortal, mientras haya mujeres que no tienen ni siquiera la condición de ciudadanas, mientras haya mujeres que sufren abusos por parte de hombres que se valen de su condición preeminente. Podría añadir muchas causas más pero por hoy me conformo con esperar a que la huelga sirva de aldabonazo y que a partir de este 8 de marzo los políticos no tengan otro remedio que meter en sus agendas la causa de la igualdad. Que se vayan haciendo a la idea de que millones de mujeres en el mundo han dicho, estamos diciendo ¡basta ya!

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