Opinión

Álvaro 'Santos Trinidad'

Gonzalo Caballero y Álvaro Santos. J. VÁZQUEZ
photo_camera Gonzalo Caballero y Álvaro Santos. J. VÁZQUEZ

El hasta ahora secretario de los socialistas lucenses, Álvaro Santos, se ha despedido del cargo convertido en Álvaro Santos Trinidad. Los más cinéfilos recordarán a Santos Trinidad por ser el protagonista de No habrá paz para los malvados, al que dio vida magistralmente José Coronado. Al igual que el personaje de la película de Enrique Urbizu, el ya exlíder del PSOE lucense parece tener muy claro quiénes son los malvados y cómo hay que actuar ante ellos. A la rueda de prensa del número dos de Lara Méndez, áspera y acusatoria, solo le faltó una iluminación crepuscular para poder catalogarla como un híbrido fetén de thríller y wéstern, los géneros sobre los que cabalga la premiada cinta del cineasta vasco. 

No hay duelo a la vista, porque Gonzalo Caballero no se ha presentado a las puertas del saloon -no lo necesita- pero Álvaro Santos Trinidad sí que ha dejado antes de irse tres agujeros de bala a las puertas de ese Brown's Hole que es San Marcos. El primero, el del menosprecio con A Mariña por no tenerla en cuenta en la estrategia azul del PSOE. La segunda, la de la falta de democracia, recordando que desde Santiago le pidieron que ni se presentase a la carrera por la secretaría provincial. Y la tercera bala es la de la acusación de cobardía y deslealtad.

Lo que no sé si han medido unos y otros es que el espectador de excepción de este Duelo en O.K Corral es un Núñez Feijóo al que una guerra intestina en Lugo le puede refrigerar en el mejor momento posible la situación de Ourense, que también es muy de película desde que los suyos hicieron alcalde el pasado sábado a Jesse Pérez Jácome James