Opinión

"Memoria de mariñáns"

LA LUCHA que libran los trabajadores de Alcoa San Cibrao para mantener en pie la factoría escribió un capítulo entrañable el domingo 11 con la participación de los estudiantes mariñáns unidos en torno a los lemas: "Polo noso futuro" y "Non queremos emigrar".

Dos días antes de esta manifestación llegó a mis manos la publicación Memoria de mariñáns del periodista y escritor Martín Fernández Vizoso que en dos tomos rescata del olvido la vida y la obra de decenas de antepasados de esta comarca que desde el siglo XIX hasta más allá de mediados del XX tuvieron que emigrar cuando, parafraseando a Neira Vilas, su tierra era "unha mestura de lama e fume".

El geógrafo Max Derruau define los modos de vida como "el conjunto de actividades mediante las cuales el grupo humano asegura su existencia" y en esta comarca esas actividades eran la economía de subsistencia -trabajar para comer- y una vida sin perspectivas de futuro. Por eso cientos de jóvenes de A Mariña costera y de la franja del interior tomaron el camino de la emigración para escapar de la pobreza y labrarse el porvenir que le negaba su tierra.

El autor dedicó miles de horas buscando nombres y datos en archivos, bibliotecas y hemerotecas; consultó cientos de publicaciones de la Galicia emigrante; visitó decenas de sociedades gallegas en América y habló con descendientes que dejaron allá y con los familiares que viven en A Mariña.

Fruto de ese trabajo intenso de investigación son las biografías de una pléyade de emprendedores, portadores de la bonhomía y savia gallegas, que echaron raíces en Cuba, Argentina, Uruguay y en más países de la América sin perder nunca la vinculación con A Mariña ni con Galicia, su tierra de origen.

Las semblanzas que acogen estos dos libros son historias de vidas, de triunfos y también de fracasos en la emigración, pero en todos los casos son historias de lucha constante y de trabajo abnegado. Todos ellos representan el talento gallego que se fue para dejar su impronta en la empresa, en la ciencia y tecnología de su época, en la medicina, en la música, la literatura y el deporte.

Estas crónicas singulares de los emigrantes de A Mariña, un regalo literario y gráfico de Martín Fernández Vizoso, tendrían que ser continuadas con estudios similares de otras comarcas. Conocer el drama de la emigración es recuperar la "memoria histórica" de Galicia que debería enseñarse en las escuelas.

Ojalá que los jóvenes que se manifestaron el día 11 no tengan que emigrar como sus antepasados y puedan entregar su talento y laboriosidad al progreso de A Mariña y de Galicia.

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