Opinión

Guerra de sillas

LA ENCUESTA del Centro de Investigaciones Sociológicas que se conoció la semana pasada, más allá de que algunos la consideren como un "entretenimiento de verano", es un estudio serio que refleja la intención de voto, la valoración de los líderes y lo que es más importante, qué es lo que preocupa a los españoles, cuál es el sentir de la opinión pública captado en esta edición unos días después de las elecciones de junio.


El CIS pregunta y tres de cada cuatro encuestados -el 75,6 por cien- responden que el desempleo sigue encabezando la lista de sus preocupaciones, respuesta normal porque más de cuatro millones de personas están en paro y muchos de los que trabajan viven en una situación de precariedad temporal y salarial. La corrupción, los problemas económicos, los políticos y los partidos que no responden a las demandas y necesidades de los ciudadanos, la educación y la sanidad son otros problemas en el ranking de preocupaciones en el que entra con fuerza la situación de bloqueo político que tiene al país sin gobierno.

Dicho en román paladino, la Mesa del Congreso se entretiene en una 'guerra de sillas' sin que dediquen un minuto a los problemas de la gente


Con estos datos sorprende que las valoraciones de los portavoces de los partidos se centraran a decir a quien favorecen o perjudican unas terceras elecciones o qué líder sale mejor valorado, sin que entraran en el análisis de lo esencial del estudio del CIS, que son los problemas que preocupan a los ciudadanos. Son así de frívolos.


Pero es más grave aún el hecho de que el mismo día que se difundieron los datos del CIS se reunió la Mesa del Congreso -en ella están representantes de los cuatro partidos mayoritarios- para tratar "distintos temas de organización y funcionamiento internos". Dicho en lenguaje inteligible, se reunieron para reparto de despachos, asignación de dependencias a los grupos y para acordar la nueva ubicación de sus señorías en el hemiciclo, es decir, cómo se reparten los sitios que dejan libres los diputados de la antigua Convergencia que pasan al grupo mixto.


La pugna por los escaños acabó a la gresca y la misma Mesa creó una comisión que se reunió ayer para alcanzar el consenso en el reparto de espacios. Esta es la gran preocupación de los parlamentarios electos que cobran generosamente a fin de mes de una ‘fabrica’, el Congreso, con productividad nula porque ellos la mantienen cerrada. Dicho en román paladino, la Mesa se entretiene en una ‘guerra de sillas’ sin que dediquen un minuto a los problemas de la gente. En esto hay plena coincidencia entre la vieja y la nueva política.

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