Opinión

Sprint

ESPRINT, castellanizándolo. Cuando los ciclistas se acercan a la meta, sobre todo en la recta final, se preparan para la aceleración máxima que sus cuerpos pueden desarrollar. Como sea, hay que colocarse bien en el pelotón para tener posibilidades de victoria o, por lo menos, para lograr un buen puesto. Momentos tensos, peligrosos y marrulleros, donde hay cargas, codazos, cruces, todo lo que el reglamento permite y, disimuladamente, también lo que no permite. Pues la comparación del sprint con la última semana de campaña electoral viene al pelo. Los candidatos se exprimen hasta reventar, mirando de reojo a los rivales para reventarlos a ellos si pueden. Espectacular.

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