Opinión

Otros escritores de la literatura latina

HABIENDO YA dedicado espacio aparte a Virgilio, Horacio y Ovidio, pasemos ahora breve revista a otros autores de la antigua Roma. Antes de la época áurea, destaca Plauto, el dramaturgo latino más relevante. Sus comedias, como ‘Miles gloriosus’ (‘El soldado fanfarrón’), nos ofrecen una galería de tipos populares que habían de tener gran influencia posterior, como en La Celestina, Shakespeare o Molière. También comediógrafo fue Terencio. Del orador y prosista Catón se cuenta que terminaba todos sus discursos sobre cualquier tema con la frase "Delenda est Carthago!" ("¡Hay que destruir a Cartago!"), como así sucedió.

En el siglo I a. C., el de máximo esplendor de la antigua Roma, hay un historiador que conocen bien los estudiantes que hacen o hacían sus primeros pinitos de traducción del latín. Es el celebérrimo Julio César, que contó de primera mano sus campañas militares en los Comentarios a la guerra de las Galias. También historiadores fueron Tito Livio, dueño de un depurado estilo, Salustio y, más tardío, Tácito.

Cicerón era un gran maestro de la oratoria. Lanzó demoledores discursos contra Catilina (en las 'Catilinarias') y contra Marco Antonio en las 'Filípicas'

Cicerón es arquetipo del perfecto romano. Influyente político y maestro de oratoria, lanzó demoledores discursos contra Catilina (las Catilinarias) y contra Marco Antonio (las Filípicas). Pero esencialmente fue autor de reflexiones morales y filosóficas (De senectute). Y siempre con la prosa más elegante de todos los escritores latinos. Fue muerto por orden de Marco Antonio, que no le perdonó sus ataques.

Catulo, aunque también compuso virulentas sátiras, es célebre por sus poemas eróticos, algunos comedidos y otros bastante desvergonzados. Algo posteriores son el fabulista Fedro y dos poetas hispanos: el cordobés Lucano, sobrino de Séneca, y Marcial, natural de Bíbilis, la actual Calatayud. El primero escribió el poema épico la Farsalia, sobre la derrota de Pompeyo ante César; el segundo es considerado el inventor de los epigramas, composiciones breves y agudas.

Petronio —que debía de ser un dandy, pues fue llamado en su tiempo arbiter elegantiarum— es autor del Satiricón, que narra en prosa y verso diversos episodios de corte satírico, alguno bastante orgiástico y sobre el que Fellini hizo una famosa película del mismo título. También satírico, pero más áspero y amargo, fue Juvenal.

Y se puede terminar esta sucinta relación de autores latinos con el cordobés Séneca, que fue mentor de Nerón. Al ser condenado a muerte por éste, se suicidó serenamente, cortándose las venas. Lo mismo hizo su sobrino, el poeta Lucano. El noble estoicismo de Séneca (De la tranquilidad de animo) ha sido un modelo de conducta en todos los tiempos. También escribió tragedias.

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