Opinión

Menguante

PARECE mentira y da un poco de pena. Acabamos de sufrir una semana de lluvia y frío, de tiempo pésimo que, exagerando muy poco, casi era de invierno. El verano recién estrenado y ya vamos para abajo, ya los días empiezan a disminuir lenta, pero implacablemente. Pasó el solsticio, el punto culminante del sol en lo más alto y ya se desciende. Aún quedan aparentemente lejos, pero el camino hacia el otoño y el invierno se ha iniciado. Sucede así también con otras cosas, con todas las cosas, pues la plenitud es un suspiro, y apenas se alcanza, apenas se toca empieza a esfumarse. O se crece o se decrece, la estabilidad es solo un espejismo en el que imaginamos permanecer. ¡Quién lo diría, ya el año en menguante!

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