Opinión

Espantapájaros

Uno o varios empleados, municipales o de la empresa encargada de los jardines, se dedican todos los atardeceres y noches a espantar los estorninos del parque Rosalía de Castro, que utilizan como dormidero invernal. Los espantan con eficacia, pero con los estorninos han ahuyentado grajillas, torcaces y otras aves, todas interesantes y algunas protegidas. El resultado final es que ni estorninos ni nada: un parque vacío y silencioso de pájaros, es decir, una birria de parque, una aberración. Es cierto que los estorninos manchan, pero si la alternativa es que en el parque no queden más pájaros ni bicho viviente que algunos gorriones y palomas, por cierto muertos de hambre, el remedio es mucho peor que la enfermedad.

Comentarios