TRAS EL lío de Galicia que ha servido para que Carolina Bescansa no fuera profeta en su tierra y sí fuera enterrada por Pablo Iglesias, Podemos abre otra crisis en Madrid que puede ser más que un lío de listas. El empeño de Pablo por colocar al Jemad podemita, Julio Rodríguez, ha provocado el amotinamiento de los fieles de Carmena, a la que llaman yaya municipal y garantiza los votos con su disfraz de abuela buena. El exjefe militar pacifista que dejó escapar a los secuestradores del Alakrana no encuentra acomodo ni con el enchufe del líder. Tras fracasar en Zaragoza y Almería, provincias por las que no fue elegido diputado, Julio Rodríguez es colado con calzador mediante la imposición de unas primarias a la búlgara del aparato populista. La exjueza Manuela Carmena, que podría abandonar tanto si repite o no repite como alcaldesa, tiene el favor de sus concejales de la confluencia Ahora Madrid. No quieren otro Ahora Julio, porque no se lo ha currado y porque se le señala como sucesor municipal frente a Rita Maestre u otros posibles.
