Opinión

Dalí y la actualidad

A SALVADOR Dalí le hicieron célebre sus formas de entender el arte, sus comportamientos mediáticos y su afición a la vida. Dalí, como todos los pintores surrealistas, creó un estilo y una imagen propia que superaron sus habilidades con el pincel. Salvando las distancias, Dalí fue un creador de tendencias del siglo XX como Picasso o Miró, aunque al modesto entender de los críticos estaba más cerca de Warhol que de los grandes pintores de su tiempo. Como Cela, aprendió a llamar la atención de la opinión pública con sus sobreactuaciones y excesos, lo que demuestra inteligencia más allá de sus propias aptitudes como pintor y de su bigote rebelde. Se adentró en la escultura, el cine y otras manifestaciones artísticas con la virtud de un ser único e irrepetible. Y su propia leyenda se extiende a su relación con las mujeres, musas y compañeras de la genialidad creativa muy recurrentes para explicar una marca que en el arte te hace reconocible y te eleva la cotización.

Dalí murió donde nació, en Figueras (Girona), lugar en el que hoy anida el independentismo surrealista que pintó con su enorme talento rupturista. Rupturista en el sentido artístico y no político. Murió en 1989, cuando España aún era un país que perseguía la reconciliación y la convivencia y en el que la sociedad vivía persuadida por la ejemplaridad de la Transición. Pero ahora, casi 30 años después, la Justicia ordena exhumar su cadáver por una demanda de paternidad. Porque es interpretable del auto judicial, que Dalí también tenía debilidad por ellas más allá del cubismo dadaísta y surrealista. O sea, que en las cosas del amor era temperamentalmente clásico y amaba fuera de la pareja habitual como quien pinta "El gran masturbador", una de sus obras más atrevidas; vanguardistamente masculina. O no.

Y ha querido el azar del tiempo y la globalidad que Dalí haya vuelto a ser noticia junto a Bárcenas y ese enorme retablo de incoherencia que es el tratado de libre comercio de la UE con Canadá que se vota este jueves en el Congreso, aunque el PSOE se abstendrá después de votar contradictoriamente sí y no. Es muy posible que después de tanto Gürtel y tantas comisiones de investigación en Congreso y Senado se tenga que hacer dentro de 30 años una prueba de ADN para saber qué coño es eso de la financiación de los partidos y a quien se le puede atribuir semejante aberración de sospechas y disputas. Si Dalí hubiera tenido que pintar la corrupción seguramente le hubiera valido alguno de sus títulos pictóricos más conocidos como 'La apoteosis del dólar' o 'La tentación de San Antonio'. Ahora bien, la obra que mejor representa la confusión del ventilador político suplantando a los tribunales es, sin duda, 'Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes de despertar'. En efecto, este original pie de cuadro representa a la perfección la imaginación onírica de la confrontación partidista y demuestra que las comisiones de investigación son la tormenta perfecta en una bañera de marketing.

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