Opinión

28-A: elecciones con eslogan

De propaganda y márketing político como elementos de penetración social. Lemas a través de medios y redes sociales

La propaganda es el arte de influir desde la parcialidad y el partidismo en una persona o colectivo. Resulta lamentable, pero la comunicación política se parece cada vez más a la propaganda comercial. Se trata de que el receptor compre el producto que es objeto de la promoción propagandística. Cuando hay elecciones, la propaganda se multiplica de forma tan indiscriminada que cuesta distinguir la información veraz e imparcial del bombardeo publicitario con mensaje político. Por definición y autodefensa, la propaganda política no es objetiva pues nace con la finalidad clara de captar la voluntad social, mediante manipulación o no, para beneficiarse del voto ciudadano.

Quiero confesar que el último invento de la factoría socialista no termina de arrancar la inspiración de este cronista. O sea, que la propaganda del lema 'Haz que pase' sobre foto ad hoc en blanco y negro de Pedro Sánchez lleva muy forzado el chascarrillo del hundimiento del Titanic en la proa delantera de su nacimiento y difusión. Sinceramente, también podríamos pensar que lejos de rememorar la película e historia de amor en el transatlántico, suena a entrevista de trabajo o despido cuando el director de recursos humanos le dice a la secretaria "dile que pase". O cuando el lord inglés que no viaja en el Titanic le ordena al mayordomo sobre la visita que espera en el Castillo de Windsor: "Haz que pase".

Este 'Haz que pase' de Sánchez y el PSOE pretende ser una prolongación de 'La España que quieres' que la inventiva socialista le robó a Vox, pues ese lema lo había exhibido el partido de Abascal en las redes sociales. El 'Haz que pase' puede ser considerado óptimo y amortizado en términos propagandísticos, porque ha dado que hablar incluso en negativo siendo verdad que lo importante es que hablen aunque sea mal. El eslogan no es lo más redondo que le ha salido a Iván porque de la misma forma que se insta a que suceda un beneficio electoral socialista también despierta la blasfemia contraria de la sorna y el meme con el añadido de que suceda el efecto contrario al perseguido por los propagandistas socialistas para que definitivamente pase el 28-A y Sánchez "no vuelva".

Javier Maroto con el lema del PP. EFETampoco el eslogan del PP entusiasma por su reminiscencia bursátil que conlleva la fría cuenta de resultados. 'Valor seguro' es el lema elegido por los nuevos genovistas populares sobre una foto profiden de Pablo Casado con un fondo azul cielo y una mirada de presidente que podría quitar el sueño al propio Pedro Sánchez. De esto se ha hablado menos, porque es la filosofía conservadora tradicional que no se presta a equívocos. Valor seguro ofrece estabilidad frente a la mayoría de la moción y los decretos ley aprobados con los votos de los independentistas catalanes, Bildu y el PNV del mercadeo a cambio de transferencias mil. El 'Valor seguro' es un valor de ley que la derecha pepera siempre exhibe, porque viene a «arreglar el estropicio que deja la izquierda, incluida la deuda».

En cuanto al partido de las mujeres e Iglesias el eslogan mantiene el corazoncito porque a pesar del navajeo interno todo es amor morado en la familia de Irene y Pablo. El lema es 'Ahora más que nunca, Unidas Podemos', un canto feminista presidido por la coleta revoltosa, comunista y veloz que ha vuelto en el momento oportuno de su baja por paternidad. Pablo Iglesias vuelve a lomos de ese caso bautizado como cloacas del Estado que, con ayuda mediática entusiasta y afín, se trata de transformar en un juicio sumarísimo sobre el presunto espionaje policial de la era PP. Iglesias encuentra así un argumento con el que superar su guerra interna, su caída en las encuestas y su conversión en casta como okupa del chalet de Galapagar en compañía de su lideresa y sucesora Irene Montero.

Sobre Ciudadanos se extiende la idea de que el lema principal es la propia imagen de Albert Rivera acompañado de una gran foto del líder en naranja transversal. A falta de lema concreto, Rivera se presenta con incorporaciones de izquierdas y derechas muy a la francesa de Macron, quien en su momento no quiso en sus filas al socialista galo catalán Manuel Valls, ciudadano candidato en Barcelona. El valor seguro de Rivera es Inés Arrimadas, que tiene esa luz de ángel femenino con el que dar la batalla en Cataluña frente a la mala imagen del pucherazo de las primarias en Castilla y León con la tránsfuga popular Silvia Clemente. Rivera "quiere y puede", lo cual tampoco es un mal eslogan en los tiempos que corren.

Y finalmente Vox se presenta con el fondo verde 'Por España'. Santiago Abascal se envuelve en el lema patriótico claro y conciso, sin más bandera que la propaganda sin complejos con la que distinguirse de lo que él llama "derechita cobarde". Vox no necesita más campaña que evitar equivocarse, porque de hacerle propaganda se encargan sus rivales como en su momento sucediera con Podemos, que a nada que tocó poder dejó de estar indignado. En el caso de Vox hay un potente márketing en redes sociales que le permite elegir y medir las apariciones mediáticas de sus líderes y llevar la iniciativa del debate con asuntos como las armas y el muro de Melilla que le posibilita llegar al electorado con mensaje político de enorme eficacia.

Nuevo márketing político

A día de hoy sigue siendo improbable que veamos un cara a cara Sánchez-Casado. Rompiendo la tradición, Moncloa quiere evitar riesgos. Riesgos que limita mejor en un debate a cuatro o a cinco. Los nuevos métodos consagran las redes sociales y son la gran alternativa a la televisión, la radio y la prensa escrita. Es un método individualizado y directo que además es generalista. Pero cuando se trata de la pequeña pantalla también cambian los métodos de comunicación política. El encorsetado y rígido sistema del debate tradicional empieza a estar en desuso, y lo que se impone es acudir a programas de entretenimiento más que a los propios informativos. Y tienen tanta o más audiencia porque presentan al candidato como alguien más cercano. En las elecciones de 2015 y 2016 recordemos que Rajoy acudió al programa de Bertín y Soraya a El Hormiguero. Esta vez Casado, Iglesias y Rivera no rehúyen esos formatos, pero sí Sánchez. El presidente evita así la posibilidad de un resbalón, porque aun siendo de izquierdas para seguir en el poder hay que ser conservador, además de otras cosas.

Los errores de campaña

Todos los partidos huyen del error de campaña, temerosos de que eso les reste votos. Lo negativo no suma, sino que resta. En el caso del PP las incursiones en el debate del aborto y las pensiones han sido aprovechadas por sus rivales, que le pasan factura del pasado al entrar hasta la cocina (Operación Kitchen). En Cs hay tanta incorporación y tránsfugas que la confusión ideológica asalta al propio electorado. Hay continuos cambios de mensaje trufados con la fallida incorporación de Clemente. Desde Podemos tratan de aprovechar el espionaje policial para hacer olvidar que su experta en infancia era un grave riesgo para su hija. Todo ello combinado con agresivos ataques a medios y banca pese al trato de favor. En Vox la persecución mediática y política es tal que les hacen la campaña del victimismo con sus propuestas más polémicas y la etiqueta de extrema derecha. Abascal fracciona sus apariciones en la certeza de que partiendo de cero todo es sumar. Pero la reincidencia en el error del PSOE fue recurrir a los votos de Bildu y los separatistas para aprobar sus decretos y votar con los batasunos contra la "Policía (española) nazi".

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