Opinión

Un clásico con acento gallego

La Taberna de Marcos, en Lugo, destaca por su cocina apegada a las raíces. Las carnes son el gran reclamo de este templo del buen comer
Pilar Mundiña y Lucía Méndez, propietarias de la Taberna de Marcos. XESÚS PONTE
photo_camera Pilar Mundiña y Lucía Méndez, propietarias de la Taberna de Marcos. XESÚS PONTE

Su estética enxebre está en consonancia con su filosofía gastronómica. La Taberna de Marcos, un clásico con solera del barrio de A Milagrosa, se caracteriza por la calidad de una cocina con marcado acento gallego. Las excelentes carnes a la brasa, ya sea churrasco de cerdo o ternera gallega y el chuletón de esta misma especie, son una de las señas de identidad del local, donde los pescados del día proceden de las lonjas lucenses.

La Taberna de Marcos, regentada por Pilar Mundiña y su hija, Lucía Méndez, es un lugar ideal para tomarse un vino, acompañado de unas tapas. Tiene un Amandi muy apropiado para el chateo, pero su fama obedece principalmente a su carta cuidada, pero sencilla, con una excelente relación calidad-precio.

Entre los entrantes no faltan en la propuesta diaria platos como el caldo gallego o la sopa de pescado, a los que se suman un excelente pulpo á feira, uno de los referentes de este local, junto a los chipirones a la plancha. Los xurelos y los mejillones en escabeche son otras propuestas ideales para compartir, al igual que las xoubas fritas.

Los xurelos y los mejillones en escabeche son otros entrantes ideales para compartir, al igual que las xoubas fritas

 

Aunque la fama se la llevan el churrasco y los chuletones, acompañados de un pimiento verde, en la Taberna de Marcos se puede probar la artesanal androlla de Navia o bien degustar un excelente cocido por encargo, salvo los fines de semana que coinciden con el Entroido, en los que figurará en la carta diaria.

En la Taberna de Marcos preparan muy bien el pescado. El bacalao a la brasa es uno de sus platos estrella. Sus lomos son un auténtico manjar. La merluza es otro fijo, mientras que otros pescados del día, como el rape o el virrey se turnan según vaya el mercado. Las anguilas fritas, propias de la cultura miñota, son otra especialidad de la casa.

Entre los postres sobresalen las ‘lucías’, un dulce de hojaldre relleno con nuez picada, muy similar a las casadielles asturianas; las cañas de crema caseras y unas logradas tartas de queso o piña.

El buen ojo con la elección de los vinos es otra de las sorpresas que nos depara este restaurante. Tienen un excelente albariño portugués de la bodega Solar de Serrade. También vale la pena probar el tinto Quinta de Escudial, de la denominación lusa Dao. Se trata de una bodega que elabora afamados vinos sin utilizar la madera.

De interés
Dirección: Rúa da Milagrosa, 64
Teléfono: 982.21.66.83.
Precio medio: 15-20 euros.
Estilo de cocina: Tradicional.

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