Opinión

Se interrumpe la partida

EN RIGOR no se han roto las negociaciones entre el Gobierno y la Generalitat. No hubo ningún golpe sobre la mesa negociadora: ¡hasta aquí hemos llegado! El griterío llega de la calle. A tanto subió el cabreo político del español que Felipe González hubo de advertir por vídeo de la alarma general. La situación aconsejó entonces parar la partida. El revestimiento de dignidad que pretendió la comparecencia, con escenificación dramática, de la vicepresidenta y el tuit de media tarde de Sánchez —"Este Gobierno no aceptará nunca un referéndum sobre la autodeterminación"— quiso ser la respuesta al vídeo, al griterío del cabreo y a los argumentos de Casado y Rivera que convocan en la calle.

Todo se contagia: recuerda Venezuela. Se suma Vox y hasta la Falange. Riesgo de otro incendio, sobre todo cuando la aceleración verbal, e ideológica, de Pablo Casado confunde la legalización del aborto con el problema de la baja natalidad. Nacen pocos y tarde, en eso ya hay consenso general, pero no por causa del aborto. Casado debería mirar más para la economía doméstica y las situaciones laborales. Es la cartera, no el aborto. Sucede también que el argumento de la vicepresidenta Carmen Calvo y el tuit del presidente Sánchez es un salir por peteneras. Nadie dudó que su sueldo incluye oponerse a que España se trocee. En síntesis los hechos son:

1) el Gobierno quiere que ERC y PDeCAT apoyen los Presupuestos.

2) Los independentistas saben del valor de sus votos para el Gobierno. Ponen todo el peso con dos enmiendas a la totalidad para que Sánchez advierta que no es suficiente "el relator que dé fe". Quieren algún amaño en el juicio.

3) La vicepresidenta el jueves no entendía la que se armó con el relator por lo que Felipe tuvo que enviar el vídeo. Para que entendiese.

Y 4) Esto es solo intercambio de señales de las cartas de cada parte ante el juicio y los Presupuestos.

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