UN JUZGADO de instrucción de Palma ordenó una operación que cuando menos sorprende: requisar los teléfonos móviles y ordenadores de dos periodistas, de Europa Press y Diario de Mallorca, en busca de una filtración informativa en el marco del llamado caso Cursach, que investiga las conexiones entre un empresario del ocio nocturno y agentes de la Policía Local de Palma. ¿Punto final para el secreto profesionales periodismo y el derecho a no revelar las fuentes? Preocupante.
Oraciones y velas
¿Han de solidarizarse los creyentes cristianos con los indepentistas catalanes presos? ¿No será mezclar el culo con las témporas?, dicho sea sin afán de irreverencia alguna. La autonomía de la ciudad secular es algo que no acaban de entender los fundamentalismos islámicos o judíos y, para sorpresa de la Europa que vivió el siglo de las luces, algunos católicos con presunto ropaje progresista. Riegan en un tiempo histórico que se suponía pasado cuando proponen ayunar los viernes para "pedir una solución justa al conflicto catalán-español" y "hasta que dure la huelga de hambre de estos nuestros hermanos". Lo más anacrónico —fuera del actual tiempo histórico en una sociedad abierta y europea— es ese llamamiento de la diócesis de Solsona, con el obispo Xavier Novell a la cabeza, que invita a "ayunos solidiarios" los viernes y a encender velas para apoyar a los presos indepdentistas. ¿Qué potaje se cocina en una sociedad con unos que encienden velas, otros que cortan autopistas y otros que buscan un "país independiente, socialista, ecológicamente sostenible, territorialmente equilibrado y liberado de cualquier forma de dominación patriarcal"? Todo esto, mientras algunos ayunan y un obispo lo bendice.
