Televisión de Galicia cuenta con una audiencia de un millón de personas fuera de Galicia. El dato, relevante por sí mismo y por la potencialidad que muestra para el medio y los intereses culturales y económicos de Galicia, lo aportó en el Parlamento el director xeral de la CRTVG, Alfonso Sánchez Izquierdo. Esa dimensión exterior de hacer Galicia que ofrece TVG deberían tomársela en serio los políticos en el poder y en la oposición. Cualquier persona que tenga algún contacto con gallegos o descendientes de gallegos en Argentina, por ejemplo, comprueba inmediatamente que la programación de TVG mantiene y alimenta los vínculos con sus orígenes. El acceso en el exterior a la programación de TVG, que se practica y se desea, es la principal herramienta para que el sentido de pertenencia a una comunidad continúe en los descendientes de quienes emigraron. Gallegos del exterior, en la generación que sea, que debe atender el medio público.
El cura de Guitiriz
Dado que abundan las malas noticias y el protagonismo informativo de los clérigos es con demasiada frecuencia por escándalo, conviene resaltar el pacífico ejemplo de Alfonso Blanco Torrado, el cura de Xermolos. Después de ser intoxicado con ansiolíticos y pasar varios días en el hospital no pronunció una palabra de malestar o condena hacia quien pudo poner en peligro su vida. Vive «a ras de chan» y conoce los problemas que degradan a algunos jóvenes y son un calvario para muchas familias. En lo que le sucedió ve un accidente. La decisión que adoptó de no presentar denuncia personal contra quien presuntamente puso en peligro su vida habrá que enmarcarla, sin duda, en la radicalidad de sus convicciones religiosas como sacerdote.
