Opinión

Pérdida de hegemonía

LOS NUEVOS VOTANTES, sobre todo estos, marcan la corrupción como primer problema. Se alterna, con paro-economía, como principal preocupación ciudadana. Los sondeos, incluidos los del CIS, repiten mes tras mes la percepción negativa de los encuestados sobre la corrupción y la gestión que se hace por el Gobierno de Rajoy de este problema. En un sondeo que este domingo publicaba La Vanguardia, el 75% censura la respuesta de Rajoy a la corrupción. Ese mismo sondeo sitúa a Ciudadanos como primera fuerza política en votos (27%), tres puntos por encima del PP (24%). Sumarían los mismos escaños por efecto del reparto que hace la Ley electoral. La resistencia o incapacidad para asumir el liderazgo de la regeneración política, bandera que tomó Ciudadanos y mantiene, llevaría a los populares de Mariano Rajoy a perder hasta 45 diputados en unas elecciones generales que se celebrasen ahora. La pregunta es simple: ¿Qué impide dentro del PP asumir que la corrupción es el principal problema para los españoles y darle por tanto una respuesta que sea creíble? Si el estado de la opinión pública, como acabamos de ver la semana pasada con la pena de prisión permanente, sirve como percha para una respuesta política urgente, que busca la complicidad electoral, por contraste necesitaría una indagación detenida la falta de respuesta a un problema que esa misma opinión pública sitúa en primer plano y que, sondeo tras sondeo, amenaza con llevarse por delante en la próxima cita electoral la hegemonía popular del centroderecha. Con unos resultados como los que refleja esta encuesta, Cs y PP estarían en condiciones de formar gobierno, sumarían mayoría. La primacía en votos sería de Albert Rivera, no de Mariano Rajoy. Curioso dato final: el 51% de los votantes socialistas apoyan la negociación con el PP para aprobar los Presupuestos, frente al 45% de los populares.

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