Opinión

Los gestos

UNOS doce niños magrebíes viven en la montaña de Montjuïc entre basura y suciedad. Construyeron una cabaña con mantas viejas. Cocinan y comen de lo que cada uno trae. El lugar ofrece una vista extraordinaria sobre Barcelona. Elisenda Colell cuenta en su brillante y doloroso reportaje que el Ayuntamiento dice que le comunicó la situación a la Generalitat y esta dice que no tiene conocimiento del problema. A última hora de la tarde de ayer solo había fotos del encuentro entre Pedro Sánchez y Quim Torra en Pedralbes. Las agencias no daban la foto de los niños. La Generalitat esperaba contar con fotos del encuentro a seis: los presidentes, la vicepresidenta Carmen Calvo, la ministra Meritxell Batet, el vicepresidente de la Generalitat y la portavoz del Govern. Con esa imagen, como reunión de grupo, ya habría «cumbre». Sánchez logró sacar adelante en el Congreso la senda de déficit, con el apoyo de los catalanes. Es el camino para contar con Presupuetos. En Barcelona, gestos que se discutieron hasta el último momento. No había tiempo para recibir el aviso que llegaba de los niños migrantes en las laderas de Montjuïc.

Parar Portugal

El Gobierno portugués moviliza hoy a 20.000 policías ante una convocatoria de chalecos amarillos («caletes amarelos») que pretende paralizar el país desde las siete de la mañana. El relato dice que todo empezó en las redes sociales. ¿Quién lo activó y fija las líneas de la protesta? La existencia de 16 grupos organizados para llevar adelante 74 acciones programadas se contrapone a ese relato que presenta una protesta espontánea. Portugal acumula huelgas y conflictividad en las últimas semanas. Los efectos negativos y las graves injusticias que deja la crisis son clamorosas. Pero ese caldo, con riesgo de incendio social en muchos países, no solo en Francia o Portugal, no entra en ebullición por la sugerencia de un espontáneo en Facebook.

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