Opinión

Historia y periodismo

LA ENTREGA del premio Puro Cora al catedrático de Historia Contemporánea de la USC Ramón Villares supuso la renovación de "o meu vencello afectivo" con El Progreso desde la infancia en Cazás (Xermade), que el presidente del Consello da Cultura Galega recordó con belleza y cálido sentimiento en su discurso, que continúa en el encuentro diario que sigue manteniendo con este periódico para saber del acontecer y las gentes en A Chaira, en Lemos o en A Mariña. El acto representó también el reconocimiento a la labor del profesor e historiador que aproximó en sus libros la historia de Galicia a muchos gallegos a los que las circunstancias políticas se la habían ocultado, como también el reconocimiento a su labor investigadora y de sus numerosas publicaciones especializadas. La entrega del Puro Cora fue también, como destacaron la presidenta de El Progreso y el presidente de la Xunta, el encuentro entre el papel del historiador y del periodista. El periodista, para seguir el símil de la presidenta de El Progreso, narra la carrera mientras los caballos compiten. El historiador lo hace con el rigor que permite la competición ya terminada y el ganador conocido. Ambos, el relato periodístico y el histórico, "fan os pobos", destacó el presidente de Galicia.

Reprobar
Hay inflación en el recurso político a declarar 'persona non grata', como amenazó el alcalde de Friol al obispo por un cambio de cura o a reprobar -dar por mala- a una persona, como al subdelegado del Gobierno ayer. La versión del subdelegado, por la que se disculpó, minimizando el alcance de una denuncia de agresión sexual merece un serio "tirón de orellas", como dijo el nacionalista Xosé Ferreiro. La reprobación es política y moralmente recurso extremo.

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