Opinión

En clase turista

Una foto de Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, en clase económica en un avión de línea regular se convirtió en Italia en todo un acontecimiento en las redes sociales y en la prensa. La imagen la difundió un pasajero. Vio un comportamiento extraordinario entre los altos dirigentes. No es una operación de imagen. Draghi no recurre al avión privado. "Rigor alemán, creatividad italiana y discreción inglesa" son los calificativos que le merece este comportamiento al Corriere della Sera.

La bandera
El Rey reivindica la bandera como "símbolo" de todos y de unidad. Cuarenta años de vida en democracia y más de cuatro décadas después de la muerte del dictador la aceptación y utilización de lo símbolos comunes o de todos, como la bandera, continúa como una asignatura en la que este país necesita mejorar. Faltó pedagogía cívico política. Y falta. La cuestión la aclararía el autoanálisis individual y colectivo, que mira ciertamente a usos e instrumentalizaciones de la bandera en el pasado y en el presente, para ver qué impide una aceptación y uso normalizado de un "símbolo de todos", como reivindica el Rey. La bandera de todos no debería ser utilizada nunca contra nadie, ni para confrontarla con otras, ni como instrumento de concreta ideología política. Tampoco sería ninguna cesión, más bien todo lo contrario como concepción de España, que esa gran enseña española que luce en la madrileña plaza de Colón desde los tiempos de Aznar, estuviese acompañada, como real símbolo de todos, de las banderas de todas las comunidades españolas. Más allá del rechazo como propia que genere en los independentismos periféricos la bandera española, hubo y hay "problemas" de uso normalizado en sectores que se sienten plenamente españoles. Pedagogía y práctica para normalizar lo que debería ser normal.

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