Opinión

Burla y placer sobre la AP-9

LA DIRECCIÓN de la AP-9, la autopista del Atlántico que sube sus tarifas, ideó un anuncio para la ocasión con la venta del "placer de conducir" por esa vía. Caetano Díaz, en El Correo del domingo, le preguntaba con oportuno acierto a don Andrés Muntaner Pedrosa, presidente de la concesionaria de la AP-9, Audasa, "cómo tenemos que digerir esa obscena campaña". La calificación es correcta: escandaliza y ofende, no ya el pudor sino la inteligencia. Es una solemne tomadura de pelo. Puro sadismo. Es la versión hoy del "mexan por nos". Hay que tener un concepto muy viciado de los ciudadanos de este país para lanzar ese mensaje, que se diría provocador y ofensivo incluso para unos gallegos de "lluvia y calma". Claro que es un placer contemplar los paisajes ricos y variados de este país desde el coche en la AP-9. También es una oportunidad para interrogarse sobre el concepto que tienen de los gallegos para adoptar comportamientos así. Las autopistas se pueden transferir en Cataluña o el País Vasco pero no en Galicia. Los peajes pueden no existir, aplicarse importantes descuentos o ser de bajo coste, salvo en Galicia. El placer de conducir desde Lugo a Vigo o a la frontera portuguesa, por ejemplo, pasa por la oportunidad que ofrece para observar que el personal de las cabinas de cobro desaparece, se destruye empleo, y la tarifa sube con la bendición del ministro o ministra de turno, sea cual sea, por lenguaje inclusivo o no.

Más cerca
El regreso del puente de Santos, con reunión de Pedro Sánchez con la ejecutiva del PSOE, sitúa más cerca la convocatoria de elecciones, tal como diagnostica Pablo Iglesias. Faltan, de momento, los apoyos para los Presupuestos. Y el futuro de los presos lo decide el Supremo, no los pactos.

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