Opinión

Además es imposible

SI ALGUIEN atribuía a una derecha rancia o a unos pueblerinos preindustriales la incapacidad de superar los localismos en Galicia y de construir en conjunto puede convencerse de que estaba en un error. Representantes municipales de A Coruña, Santiago y Vigo, o sea de la Marea y del socialismo de Abel Caballero, avivan la guerra aeroportuaria y amenazan con dejar el Comité de Rutas Aéreas que convoca el Ministerio de Fomento. Ese Comité fue un conejo que salió de la chistera política para no hacer frente al problema real de poner orden entre las tres ciudades con sus aeropuertos. Abel Caballero quiere que la Xunta ponga tanto dinero como el Concello y la Diputación de Pontevedra para atraer rutas y compañías a Peinador. Los representantes de la Marea que gobiernan en A Coruña y Santiago (Compostela Aberta) piden que se pongan sobre la mesa inversiones presupuestarias. El problema es de entenderse. No de seguir tirando dinero. Se reunían, se suponía, para sumar y no para competir entre los tres aeropuertos. Salió la grillera localista. De las últimas inversiones que se hicieron en los tres aeropuertos habría que preguntarse por la racionalidad de las mismas y si responden a una concepción de coordinar entre las tres terminales o a otros objetivos. Se ve que el mal del localismo no conoce de colores políticos.

Vértigo

Conocida la sentencia de una parte del caso Gürtel se impuso ampliamente en la sociedad una sensación de término a un tiempo político. No lo entendió así Rajoy. Con la moción de censura en marcha hay también una sensación de acercarse más al abismo. No deberá olvidarlo Pedro Sánchez. La resistencia de Mariano Rajoy a dar paso no le engrandece políticamente y acentuó esa realidad de vértigo.

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