Opinión

Un BNG en remontada

El optimismo está justificado. Haya o no cambio político en Galicia, el BNG será uno de los ganadores del 5-A. Las encuestas, todas sin excepción, apuntan a que duplicará su actual presencia en O Hórreo. Un éxito que resulta aún más meritorio teniendo en cuenta que inició su remontada, hace apenas cuatro años, después de asomarse peligrosamente al precipicio de la irrelevancia. En vísperas de las elecciones gallegas de 2016 casi todos los analistas coincidían en que el entonces aún denominado «frentismo» estaba en caída libre y a punto de reeditar aquellos exiguos resultados con los que irrumpió en el Parlamento gallego en los años ochenta, al inicio de la singladura autonómica. Su joven candidata a la Xunta, Ana Pontón, no solo salvó los muebles, con su brillante papel en el debate televisivo, sino que puso las bases para el ¡rexurdimento’.

Que el Bloque haya vuelto por sus fueros, y esté muy cerca de recuperar la condición de segunda fuerza política en Galicia, es mérito de Pontón y del equipo que la acompaña en la dirección política de la organización. Han hecho un buen trabajo, tanto a nivel orgánico como estratégico e institucional. Nunca dudaron de que era posible volver por sus fueros. Y pudo trabajar sin contestación interna, sin tutelas, y contando con el apoyo del núcleo duro de la Upegá. Al éxito también ha contribuido lo suyo el desencanto generado entre determinados sectores del nacionalismo por el fracaso de las sucesivas confluencias rupturistas en que integraron los escindidos —y cabreados— en la dramática Asemblea de Amio. No pocos de los notables que se fueron acabaron tomando el camino de vuelta.

En la sede nacional del Benegá, a un tiro de piedra de San Caetano, se redoblan esfuerzos para mejorar en lo posible los ya de por sí buenos augurios de los sondeos
 

En la sede nacional del Benegá, a un tiro de piedra de San Caetano, se redoblan esfuerzos para mejorar en lo posible los ya de por sí buenos augurios de los sondeos. Y tienen claro que igualarían, o incluso superarían en escaños al PSOE, si no operase a su favor el factor Moncloa. De no estar los socialistas en el Gobierno de España podrían quedarse incluso por debajo del discreto resultado que obtuvieron en 2016 con Fernández Leiceaga de cartel. Tampoco se les escapa a los dirigentes nacionalistas que crecer a costa del Partido Socialista reduce en buena medida las posibilidades de que la izquierda conquiste la Xunta y se pueda poner fin a la era Feijóo, que es, también para los bloqueiros, el objetivo prioritario en las urnas de abril.

El Bloque confeccionó sus candidaturas renociendo el trabajo de los actuales parlamentarios, pero haciendo a la vez gestos inequívocos que obedecen al propósito del ‘nuevo’ Benegá de volver a ser la casa común del nacionalismo. De ahí el fichaje de la que fuera diputada nacional de En Marea por Anova Alexandra Fernández o incorporaciones como la de Iago Tabarés, que en su día fue dirigente del extinto Partido Nacionalista Galego, y de la escritora Mercedes Queixas. Al proyecto de Ana Pontón se suman también algunos destacados personajes del soberanismo y del independentismo gallego, de larga trayectoria, y con cierto tirón electoral en sus territorios. Dicen estar dispuestos a organizarse tras el 5-A para tener voz y perfil propios dentro de un BNG que no pocos de ellos lamentan haber abandonado. Reconocen que fue un error que más que ellos mismos ha pagado caro la Galicia en la que creen.