Opinión

Cobardes y jetas no esenciales

Una enfermera prepara una dosis de la vacuna de Pfizer. GUILLAUME HORCAJUELO (EFE)
photo_camera Una enfermera prepara una dosis de la vacuna de Pfizer. GUILLAUME HORCAJUELO (EFE)
Cuando faltan por vacunar parte de los mayores de 80 y tenemos desprotegida a la vulnerabilísima franja de entre 70-80, todo hijo de vecino se ha puesto a mandar comunicados a los medios explicando por qué él mismo, su colectivo o su prima la del pueblo son los que deben tener prioridad absoluta en el proceso de inmunización. Los argumentos van desde una libre interpretación de la doctrina de derecho divino a alegar un agravio comparativo que casi nunca es tal. Es triste. Ya es lamentable cuando el comunicado viene de alguno de los gremios que en el arranque del estado de alarma exigió salir de la lista de trabajos esenciales. ¿Se acuerdan de ellos? Yo sí y, como no se lo dice nadie, ahí voy: sois unos jetas. Y cobardes.