Opinión

Vivir de gorrilla

UNA COSA es la apariencia y otra es la realidad. En apariencia son personas marginales que piden dinero para sacar a su familia adelante y que, además, se sienten víctimas de una sociedad "racista" que da prioridad a payos en el mercado laboral. Pero en realidad es gente que se mueve al margen de la ley y extorsiona a quienes se acercan al Hula con su vehículo. Viendo que estamos ante un problema que se prolonga en el tiempo —el traslado del hospital de la ciudad a la periferia no resolvió el problema— no cabe otra que actuar con diligencia y extremar la vigilancia. Máxime cuando hay personas vulnerables que se sienten estafadas o incluso intimidadas por los gorrillas.

Hay que aprender de Portugal

Que tenemos muchas cosas que aprender de nuestros vecinos portugueses, a los que no hace mucho mirábamos por encima del hombro, es una afirmación palmaria. Ahora hay un motivo más: Lisboa puede multarnos con hasta 250 euros por tirar una colilla al suelo. Y es que en Portugal quieren acabar con los diez millones diarios de restos de cigarros esparcidos por el suelo. Viendo como están algunos accesos a bares o portales en la ciudad de Lugo quizá deberíamos tomar nota.

Comentarios