Opinión

Vieja tradición

CASI MEDIO siglo después del caso Prófumo, otro ministro se ve envuelto en un escándalo sexual en el Reino Unido. El que ahora acaba de dimitir es Matt Hancock, fotografiado besando apasionadamente a su colaboradora y amante Gina Coladangelo, con la que parece dispuesto a rehacer su vida.

Ambos tienen tres hijos con sus respectivas parejas y una relación estrecha —o demasiado estrecha, como ha captado una cámara— desde sus tiempos de compañeros de estudios en la universidad. Lo de los ministros británicos y sus amantes es ya una vieja tradición, pues en 2010 el entonces titular de Exteriores, William Hague, tuvo que renunciar al cargo por su desatada pasión con un asesor personal de 24 años. Es la erótica del poder, muy acentuada en Londres.

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