ARRANCA una nueva etapa en la Diputación de Lugo en la que los socialistas tendrán como socios de gobierno a un BNG que recobra protagonismo en la política lucense. El equipo que preside José Tomé tiene por delante una tarea importante, con muchos frentes abiertos. Pero si hay algo prioritario es devolverle una cierta estabilidad y tranquilidad a la institución, que vivió tiempos agitados y convulsos que le hicieron estar más de lo aconsejable en el ojo público. Ojalá que algunas escenas tabernarias no vuelvan a repetirse y la Diputación deje atrás el espectáculo y recobre el papel que le corresponde, que no es otro que colaborar activamente en la gestión municipal, algo vital en una provincia como la lucense con pequeños concellos y muchos núcleos de población envejecidos y dispersos. Ese es el verdadero reto.
Vigo y Lugo, otra vez en disputa
Sin ser muy beligerantes por estos pagos, hemos entrado en doble confrontación con Vigo. Primero fue por la implantación de Robótica en el campus lucense, que no sentó bien en la ciudad olívica. Y ahora por el corredor ferroviario de mercancías, donde, casi arrastrada por A Coruña, Lugo se ve inmersa en la enésima batalla localista norte-sur.
