"UNA HORA más de oxígeno", tituló con acierto el diario ourensano La Región sobre el hecho de que, desde hoy mismo, se retrase hasta las 23.00 horas el toque de queda y el cierre de restaurantes. Son solo 60 minutos, pero un gran logro colectivo. Así es la nueva normalidad que ha instaurado la pandemia. Está hecha de pequeñas conquistas. De avances y también de retrocesos. De ilusiones (con las vacunas) y de desilusiones (con los trombos). De nuestro comportamiento individual dependerá el éxito colectivo. Aunque aumentaron algo los contagios, da la sensación de que por ahora en Galicia –a diferencia de otros lugares– hemos logrado esquivar la cuarta ola. El cierre perimetral en Semana Santa y el sentidiño del pueblo gallego fueron determinantes. A ver si con la situación que estrenamos este fin de semana no se rompe la tendencia. Sería una pena. Ya saben: la sagrada regla de las tres emes: metros (distancia social), mascarilla (máxima protección) y manos lavadas.
Un simple gesto pero relevante
Que la primera visita institucional del delegado del Gobierno, José Miñones, sea a Negueira de Muñiz como concello menos poblado de Galicia es un gesto a valorar. Sobre todo de alguien que viene de ser alcalde de Ames: poblado y con gente joven.
