Opinión

Para desconectar

POR UNOS días tenemos la oportunidad de evadirnos. De escapar del ruido de precampaña, de los mensajes apocalípticos de los políticos, de los problemas cotidianos y personales, del sonoro silencio —si se permite el cursi oxímoron— de la Galicia y el Lugo vaciados, de las preocupaciones por el futuro de nuestra industria y del pequeño comercio, de la incertidumbre sobre las ayudas europeas a la agricultura y de tantas cosas más, incluyendo el paro y la falta de perspectiva para nuestros jóvenes. Ha llegado el Carnaval —si es que alguna vez se había ido— y es hora de disfrutar, de desconectar, de disfrazarse (interna o externamente) y de divertirse. En definitiva, de tomarse la vida con más humor y filosofía. Sumémonos a la fiesta, porque estamos ante un "Entroixo xenial", como pregonó el actor Alberto Cabarcos en una brillante intervención en la casa consistorial de Lugo. ¡Arriba ese ánimo! 

Más que el triángulo mágico 

No es Río, ni Venecia ni tan quisiera Cádiz. Pero el Carnaval ourensano cada vez tiene más tirón. Y no solo en el llamado triángulo mágico (Laza, Verín y Xinzo), sino en otros puntos de la provincia. Crece la cifra de visitantes y su incidencia económica.

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