Opinión

Nueva estrategia

Resulta difícil sustraerse a lo que ocurre en la campaña madrileña, que acaba de arrancar la última semana con el contador a cero tras el enfrentamiento entre Vox y Podemos. ¡Quién nos iba a decir a estas alturas que Isabel Díaz Ayuso se vería obligada a replantear su estrategia! Pues ya ven: la que iba a solapar a Rocío Monasterio reclama ahora votos de centro: "A Madrid no le gustan los extremismos", dice quien hasta hace poco no era precisamente ejemplo de moderación. Y es que en el PP comienza a haber preocupación: temen que la crispación acabe por movilizar al electorado de izquierda y ponga en peligro la gobernanza, que no la victoria, que según todas las encuestas parecía clara antes de que saltaran chispas —y alguna cosa más— en los dos debates.

También se vota en negativo

Salvo los incondicionales, los electores no siempre tienen claro a quién votar. La Universidad de Lausana (Suiza) realizó un estudio en 14 países de Europa durante los últimos 60 años que revela que "cada vez se vota más a un candidato por oposición a otro", especialmente en España. Es decir, se vota en negativo: para contrarrestar al que se considera adversario. Y esta política de descalificación, tan frecuente, puede alterar... hasta las previsiones.

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