Opinión

Nueva barbarie

¿QUÉ MÁS se puede decir o escribir sobre la violencia machista, que un día y otro y otro más golpea inmisericorde nuestra sociedad? Sobran las palabras y también sobra muchas veces el uso político y partidario que se hace de esta lacra. Y faltan demasiadas cosas, desde una educación en la igualdad y la tolerancia hasta alguna medida de prevención, legislativa e incluso coercitiva que ponga coto a atrocidades como la de Valga. Con todo, no debemos caer en la demagogia. No es un problema de fácil solución, porque las relaciones afectivas son complejas. Y del amor al odio se pasa con excesiva facilidad. Pero no podemos bajar los brazos ante el terrorismo doméstico que se cobra vidas sin cesar. Tres ayer de una tacada. Y dos víctimas más, que son los niños que se quedan sin padres —ella muerta y él en la cárcel— tras una experiencia traumática. ¿Llegará un día en que no tengamos que preguntarnos quién o quiénes serán las próximas en caer? No parece estar cerca.

Sigue la borrachera política

Nada resume mejor la situación del país que este diálogo en la última viñeta de O Carrabouxo: —Mimadriña, que borracheira política teño! —Pois prepárate, que o Rei abre outra ronda!

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