Opinión

Manos largas

LA MAESTRÍA con la que se recurre al eufemismo en la sociedad americana siempre ha sido digna de admiración. Ya saben: "Conducta inapropiada", "familia desestructurada", "crecimiento cero"... Pero con Joe Biden se han superado en EE.UU. Lo acusan de "invadir el espacio personal de las mujeres". Vamos, lo que aquí se llamaría babosear, tener las manos largas o ser un pulpo. Y la cosa no pinta bien para el candidato demócrata en plena era Me Too. Y no porque su oponente, Donald Trump, destaque precisamente por su actitud caballerosa. Sino porque cada vez salen más féminas a la palestra a quejarse de que quien fue vicepresidente con Barack Obama las tocó de forma lasciva. Incluso una exempleada suya denuncia ahora que fue agredida sexualmente por él en la década de los 90. Claro que estamos en periodo preelectoral y algunas de esas acusaciones hay que ponerlas en cuarentena —nunca mejor dicho— porque hay muchos intereses en juego.

Otra decepción en el Congreso

Sectarismo, descalificaciones, nula autocrítica... ¿Se merece España esta clase política? ¿No debería imperar un espíritu de unidad y concordia para hacer frente al mayor desafío en muchas décadas?

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