LA VISITA del secretario de Estado de Turismo, Fernando Valdés, a Monforte y Ribadeo tras participar con la ministra Reyes Maroto en un acto en Compostela es la muestra palmaria de que la provincia lucense empieza a tener algo que decir en un sector en el que hasta hace poco era una perfecta desconocida. Y es que lleva muchos años eclipsada por otros enclaves gallegos que —dicho sea de paso— siguen acaparando la afluencia turística. Pero de un tiempo a esta parte A Mariña, la Ribeira Sacra, la muralla romana, O Courel, A Chaira, Os Ancares y por supuesto la ruta jacobea han logrado poner a Lugo en el mapa. Y cada vez son más los viajeros que nos visitan huyendo del calor y buscando un turismo gastronómico y cultural. Y ahí tenemos mucho que ofrecer.
