NI LUGO es el Bronx ni tampoco fue nunca Lugoslavia. Más bien es una ciudad apacible y tranquila en la que la vida discurre con sosiego y sin más sobresaltos que los impuestos por esta pandemia que nos ha tocado vivir. Pero de un tiempo a esta parte da la sensación de que la cosa ha cambiado, sobre todo en el casco histórico. Por las inmediaciones del Círculo de las Artes y de la catedral pululan grupos pandilleros que, según algunas denuncias vecinales, se dedican al trapicheo y a amedrentar a los transeúntes, fundamentalmente si son jóvenes de su edad. El caso es que donde antes se escuchaban palabras malsonantes e intimidatorias ahora puede aflorar un puño americano o una barra metálica. Por ello, como dice un compañero de fatigas, "al centro de Lugo hay que darle una vuelta con urgencia". Las autoridades competentes en la materia deben tomar nota y actuar en consecuencia antes de que cualquier día tengamos una desgracia irreparable.
Dos hechos que conmocionan
Una chica de 17 años en Rois y un niño de 13 en Sarria. Dos sucesos que nos sobrecogen y un problema social a abordar en profundidad y sin sensacionalismo. En España los suicidios suponen más muertes que los accidentes de circulación.
