NI DOS, ni cuatro, ni seis. Nada menos que 24 banderas hubo en la reunión de Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso. Para que quedara claro que se trataba de una cumbre bilateral al más alto nivel. "¡Menos banderas y más enfermeras!", "Madrid, capital europeo del coronavirus!" o "más banderas que rastreadores" fueron algunos de los comentarios cargados de acidez en las redes ante semejante despliegue. Lo mejor: que dos políticos situados en las antípodas pueden llegar a entenderse mínimente cuando hay un problema común que afrontar, en este caso el covid-19. Lo peor: que, más allá de la puesta en escena, es probable que este tipo de encuentros no sirvan para mucho. Máxime cuando la presidenta de la Comunidad de Madrid ha dejado muchas dudas sobre su gestión, en gran parte por su falta de experiencia y lenta capacidad de reacción.
Los principios de Macron
Emmanuel Macron puede ser socialdemócrata, liberal, ecologista o incluso marxista (de Groucho que no de Karl, tampoco nos pasemos) cuando es capaz de decir: "Estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros". En ello reside su éxito en las encuestas. En saber ser flexible como un junco y adaptar su discurso a las circunstancias.
