Opinión

La impaciencia

UN PROVERBIO persa dice que "la paciencia es un árbol de raíz amarga que da frutos muy dulces". Pero Pablo Casado hace tiempo que no está para adagios. Ve que las encuestas le son favorables y quiere elecciones cuanto antes. Por eso ha convertido la impaciencia en una suerte de estrategia electoral. El otro día, en una amplia entrevista en un medio de ámbito nacional, repitió de forma machacona que la legislatura está agotada y que hay que poner urnas cuanto antes, algo en lo que Sánchez no parece estar de acuerdo. A Aznar lo de la reiteración no le había funcionado mal: empezó en 1994 diciendo aquello de "¡váyase, señor González!" y no paró hasta que en 1996 acabó instalado en La Moncloa. Ahora solo falta saber lo que durará el efecto Ayuso.