El excremento acabará siendo la metáfora en el juicio que se sigue en Londres con más atención mediática. Es el que dirime la demanda de Johnny Depp (57 años) por difamación contra el tabloide The Sun, marcado por el cruce de acusaciones entre el actor y su exmujer, la actriz Amber Heard (34). Depp exige una compensación al diario y a su director, Dan Wootton, por un artículo en el que afirmaba que existían pruebas de violencia hacia su antigua esposa. Si lo que buscaba el protagonista de ‘Piratas del Caribe’ era limpiar su reputación, más bien obtuvo lo contrario. Aunque sus ex Vanessa Paradis y Wynona Ryder hayan salido en su defensa, el proceso se convirtió en un circo en el que se habló de drogas, excesos, broncas y sobre todo de las heces fecales que le habría dejado en su cama la temperamental Heard. Fue el detonante de la separación. Ya ven: no todo es ‘cool’ y glamuroso en Hollywood. También hay lugar para lo vulgar y escatológico.
Europa: ni tanto ni tan poco
¿Estuvo excesivamente triunfalista Pedro Sánchez por el acuerdo con la UE? ¿Y excesivamente rácano Pablo Casado al no reconocerle su logro? Es posible que la respuesta sea sí en ambos casos. La virtud, en estos casos, suele estar en el término medio.
