Opinión

Cosas buenas

Recuerdo la primera vez que fui a Madrid. Iba con mi hermano, y el motivo (obvio) no podía ser otro que ver jugar al Real. Era un partido de cuartos de Champions. Pero esa parte mejor no recordarla (eran otros tiempos, antes de la llegada de José). Estábamos llegando, y a lo lejos ya se avistaba la ciudad, y lo primero que me llamó la atención fue ver un cielo amarillento que casi nublaba a Figo, Zidane, Ronaldo y Beckham. Ahora no paro de ver imágenes en las redes sociales de cielos limpios de polución en Madrid (y en otras grandes ciudades), en las que hace tres meses el color era bien distinto. Hay que mirar siempre el lado bueno de las cosas, y que esta clausura sirva para limpiar de polución las ciudades, al menos durante un tiempo, no puede ser algo malo.


 

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