Por la geografía gallega hay repartidos más de cien lagares excavados directamente en la piedra cuyo origen podría ser anterior a la época romana o vinculado a distintos momentos de la Edad Media, en función de los casos. La mayoría son sistemas para aplastar la uva muy básicos que aparecieron en zonas de producción vinícola. En la Ribeira Sacra hay localizados y documentados cuatro lagares de este tipo. Dos de ellos están en la zona ourensana del Bibei, en A Pobra de Trives, y los otros dos se encontraron en Pantón y en Quiroga.
El sumiller Luis Paadín y su hijo Alejandro publicaron en 2017 un libro titulado Las piedras que hacían vino en el que hacen un estudio pormenorizado de cada uno de estos lagares.
Paadín considera, tras varias pesquisas, que los dos ya documentados de Pantón y Quiroga podrían datar del siglo XII y no estarían entre los más antiguos de la Galicia, pero cuando menos el de Pantón tiene unas características que lo hacen singular.
Está ubicado en el lugar de Souto, en la parroquia de Pombeiro, y se trata de uno de los pequeños hallados en Galicia. En concreto, su estanque principal tiene menos de un metro cuadrado, es muy rudimentario y estaría destinado al pisado de la uva a pie. Tiene grabada en la base una cruz, por lo que Paadín no descarta que se usase para elaborar el vino que se utilizaba en el templo de Pombeiro, muy próximo al lagar.
"Tiene un hueco muy justo para introducir una ánfora de pequeñas dimensiones y por sus características podría estar destinado a elaborar mostos de forma muy artesanal", explica Paadín. "Quizá para hacer el vino de misa", insiste.
La iglesia próxima es el templo románico de San Vicente de Pombeiro, que formó parte de un monasterio benedictino del que no queda nada pero que ya existía en el año 935 y que en el siglo XII fue anexionado a Cluny.
