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Stockton y Malone

El monolito, junto a sus descubridores. EFE
photo_camera El monolito, junto a sus descubridores. EFE
En el desierto de Utah ha aparecido un monolito, una pieza metálica rodeada por kilómetros y kilómetros de piedra naranja que fue descubierta por casualidad desde un helicóptero que sobrevolaba la zona en busca de nada, porque nada hay por allí. Un monolito que recuerda a los de ‘2001’, la obra maestra de Stanley Kubrick que nadie se atreve a decir que no entiende. En dicha película venían a aparecer cada vez que la especie humana daba un salto cualitativo en su evolución. No es algo que yo dedujera delante de la pantalla, lo escuché varias madrugadas en el programa de radio de Carlos Pumares. Hay quien quiere creer que el monolito de Utah tiene un origen extraterrestre y que sobre él orbita un misterio parecido al de la película de Kubrick. Después están las personas normales, que creen que fue obra de un ser humano con sabe Dios qué intenciones. A lo mejor el que lo hizo quiere simbolizar el salto cualitativo en la evolución que da la especie humana en Estados Unidos con la salida de Donald Trump de la Casa Blanca, si es que algún día sucede tal cosa, pero tratándose de Utah también cabe la posibilidad de que le pongan una canasta para que Stockton y Malone lancen unos tiros.

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